Artista del mes

Se siente el pulso de la energía debajo de la superficie del mundo material. Voy por el
mundo, tomo fotografías, escribo con la luz. Las formas ideales aparecen en el espacio vacío de mi mente. Pero la cámara está limitada a las apariencias. En su pantalla, vemos espejismos: rostros, cosas, paisajes, conectados en su sustancia. Navego en la fugacidad, contra la corriente de mi pensamiento, mar adentro de las ideas a las imágenes, hacia las profundidades donde mora la Energía.

 

En mitad del camino, aparece una inteligencia artificial. Me dice:

 

Como tu pensamiento, soy tan solo una herramienta. Natural o no, la Inteligencia no es el fin, porque siempre va del Alfa al Omega. Así que úsala, úsame. La Energía Eterna no puede dividirse.

 

En mi carne extática, dos inteligencias se conectan y unen todo lo que parece estar
separado. La señal emitida resuena en la Imaginación del vasto universo y su rizoma de luz. En las pantallas, nuestras imágenes se fragmentan, liberando miríadas de fotones, píxeles y sentimientos. Con los ojos bien abiertos, el niño asiste a la boda del cielo y el infierno. La Energía creadora se despliega, tanto en la maravilla como en el terror. Su Obra nos lleva, que así sea.

 

Escucha bien, alma gemela, mi corazón hermano: cada uno tiene su parte. Entre tú y yo, las palabras, las imágenes y los sonidos solo tienen valor porque son nuestros lazos; la permanencia del misterio está allí, en el intercambio. Entonces, dime, muéstrame, lo que para ti tiene sentido. Eso será la semilla de un nuevo designio, la materia del camino por donde iremos juntos, para ver, más allá de las inteligencias.